domingo, 17 de julio de 2011

La Toga con el Alma


Ser abogado es una profesión de la que siempre se ha hablado mal, que si son unos rateros, maleantes, usureros, etc. Pero para mí es diferente la abogacía, es aplicar las leyes de manera justa para que la sociedad pueda tener una vida plena, satisfactoria y conviviendo en sociedad en cumplimiento de sus derechos y obligaciones.

Para que un abogado pueda llamarse así tiene que pasar por una serie de procesos jurídicos como: litigar,  existe una gran diferencia entre le teoría y la práctica, todo pueden saber la teoría pero pocos sabrán como aplicarla, de manera que sea para conveniencia de su cliente  y la propia, aunque se corre el riesgo de convertirse en un abogado financiero cuando solo se ve el interés propio sin tomar en cuenta las necesidades del cliente.

La relación con este debe de llevarse a una compenetración, a tener confianza plena para que se pueda conocer a fondo el caso, tanto los detalles beneficiosos como los perjudiciales, en ese momento el abogado se vuelve como un sacerdote y como tal debe de guardar el secreto a su cliente y ser muy cuidadoso de cómo usara cierta información, ya que aparte de ser un delito el no cumplirlo se corre el riesgo de perder la buena reputación que se había formado y peor aún ir contra sus propios principios y ética.

Cualquier tipo de sensibilidad dentro de esta profesión se encuentra en una línea muy pequeña de podernos caer y llegar a perder toda sensibilidad hacia lo que originalmente se defendía que sería el bien común para una sociedad, muchas veces se pierde esto por la codicia por querer ganar más y más dinero a costa de lo que sea, de diferentes maneras como la chicana, que sería ir alargando los casos lo más que se pueda para poder seguir percibiendo dinero de tu cliente durante todo este proceso, en lugar de tener un caso rápido donde se pueda llegar a un acuerdo y no tener que recurrir a la violencia porque no se lleva acabo esto, todo ser humano bajo presión puede actuar violentamente contra la persona que lo esté presionando, “ EL ABOGADO DEBE CONCILIAR”, es una parte fundamental de su profesión, conciliar y guiar para que todo salga de la mejor manera posible, porque siempre en un caso hay una parte perdedora y una ganadora, aunque podría  verse desde el punto de vista de que las dos partes ganan algo, pero eso sería verlo de forma positiva y por lo regular los seres humanos somos pesimistas.

Siempre se debe saber interpretar y aplicar una ley, para poder llevar acabo esta labor tan complicada porque cada uno tenemos nuestros criterios basados en experiencias y conocimientos pasados, y debemos de ser imparciales para hacerlo, para que esto sea mucho más fácil, siempre se tiene que estar actualizado para poder tener un criterio mucho más amplio, esta profesión es como la de los doctores de actualización constante si no quedas obsoleto.

Con ello se llega a la especialización, aunque el oficio tuvo que llevar un tiempo evolutivo según las necesidades de la sociedad, fue evolucionando para desprender ramas del derecho para tener donde elegir y especializarte en un tema en concreto y no estar divagando por todos lados sin un rumbo, los despachos jurídicos multidisciplinarios son los que más éxito han tenido en los últimos tiempos ya que ofreces a tu cliente muchos servicios en un mismo lugar,  en para casos complicados ofreces la confianza de tener colegas que verán el caso desde diferentes perspectivas que se pueden usar en beneficio del cliente.


La toga no debe ser un simple disfraz para el abogado, tiene que ser la institución de la profesionalidad, del respeto, de la sensibilidad y de la justicia social, con ese objeto se debe de estudiar, analizar, proponer y exponer un caso.




Daniel Aranda Zarate

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